Si alguna vez te has planteado hacer un viaje a Cuba para descubrir su cultura, disfrutar del maravilloso entorno y también para disfrutar bailando salsa directamente en las calles de Cuba hoy te mostramos la experiencia y el relato de unos de los viajeros salseros del viaje a Cuba que organizaron nuestras amigas de la agencia de viajes de baile, TravelToDance.

Aquí empieza el viaje a Cuba

Algunos nos encontramos en el aeropuerto de Madrid ya para salir juntos hacia La Habana, y a otros los conocimos ya en Cuba porque volaban desde otros aeropuertos. El grupo no era muy grande unas 14 personas, ya nos comentaron que sus grupos son de máximo 20 porque la idea es poder disfrutar del viaje a nuestro ritmo. ¡Y vaya si disfrutamos!

La Habana…

Llegamos un sábado y esa tarde con el jetlag, más bien la usamos para descansar en casa de la familia cubana en la que nos íbamos a alojar durante nuestros días en La Habana.

El domingo, justo después de disfrutar de un auténtico desayuno cubano, con huevo, café y mucha fruta rica, nos fuimos al Callejón de Hammel.

Allí vimos cómo la gente de La Habana lleva el ritmo y la salsa en la sangre.

En ese momento, la salsa ya entró en nuestros cuerpos y no había quien nos quitara el ritmo ni las ganas de bailar en todo el viaje.

Pero todavía faltaba más…

Por la tarde llegó el momento de disfrutar de las clases de maestros cubanos. Aunque todo el grupo no teníamos el mismo nivel, con cuatro instrucciones nos dividieron de tal manera que todos disfrutamos, todos bailamos y todos aprendimos algo nuevo. ¡Espectacular!

¿Y por las noches?

Por las noches, siempre había una opción donde salir a bailar en La Habana, da igual el día de la semana que sea que si estás en Cuba seguro que puedes bailar salsa sin parar en La Habana.

Los días siguientes hicimos muchas cosas divertidas e interesantes más. El grupo ya éramos todos amigos y juntos impartimos más clases, descubrimos La Habana Vieja, nos fuimos a la playa y montamos una fiesta cubana por todo lo alto con los profesores de baile donde por supuesto no faltó la buena comida, el ron y la música en directo.

Realmente, fue una auténtica sorpresa cuando nuestros nuevos amigos cubanos nos cocinaron comida típica del lugar. ¡Ese día, no podía ser mejor!

Viñales…

Nuestro viaje continuó hacia Viñales, una zona conocida por las plantaciones de tabaco y su naturaleza.  Pero a diferencia de la Habana los días en Viñales fueron muy diferentes.

Primero descubrimos las plantaciones de tabaco, al día siguiente nos fuimos a nadar en aguas cristalinas a un cayo y el último día hicimos una ruta por el pueblo de Viñales.

Además, los más aventureros nos fuimos a hacer una ruta a caballo por el valle, ¡sencillamente impresionante!

Esa misma noche, con un ambiente totalmente diferente que al principio del viaje en La Habana y por sorpresa de todos, tuvimos una clase de salsa y de afro que continuó con otra perfecta noche de baile en Cuba.

Trinidad…

Nuestro viaje continuó hacia Trinidad, pero primero hicimos una parada en Cienfuegos, una ciudad muy conocida por sus edificios de la época colonial. Al caminar por esas calles era como hacer un viaje al pasado.

Visto en retrospectiva Trinidad fue todo un descubrimiento. ¡Estas chicas de TravelToDance sí que saben cómo enseñarnos el país!

Trinidad es un pueblo muy bonito, con las calles adoquinadas, casas bajas y de colores, con mucho ambiente tanto por el día como por la noche. En sus escalinatas cada noche hay música en directo, y en los bares también.

Nos ofrecieron la posibilidad de descubrir el Valle de los Ingenios montando a caballo o haciendo un trekking. Esta vez elegimos ir andando y así pudimos llegar a una cascada espectacular donde nos dimos un baño bien refrescante.

Descansamos, reímos y antes de cenar y disfrutar de nuestra primera noche en Trinidad, tuvimos otra divertida clase de salsa y rumba que ya nos dejó animados para seguir la noche con ron, mojitos y por supuesto, ¡mucho baile!

La mañana siguiente, seguimos disfrutando de estos desayunos de las familias cubanas, con fruta tropical, y menos mal, porque la clase de rumba fue cañera.

Luego nos fuimos a Playa Ancón, con arena blanca y aguas tranquilas y cristalinas, donde disfrutamos de un día de relax, antes de volver al ritmo de la noche de Trinidad.

Y cuando parecía que esto no podía ir a mejor, empezamos el camino hacia nuestra siguiente parada, Cayo Maria.

Antes de llegar al cayo, hicimos una parada en Santa Clara, donde pudimos no solo visitar el mausoleo del Che, sino conocer de primera mano la historia de la revolución cubana al visitar el museo.

El viaje fue avanzando y ya quedaba muy poco pero todavía faltaba el paraíso.

3 días de relax en el paraíso...

Nos esperaban los 3 últimos días de relax y esta vez, a diferencia del resto del viaje sería en un hotel.

En los cayos no hay casa de familias cubanas, pero tres días de resort todo incluido en el caribe también se agradecen. 😊

Estos días, como el grupo ya nos conocíamos, disfrutamos de charlas interminables mientras tomábamos mojitos en la playa, preciosos ratos de snorkel y largas noches de baile en el hotel.

También aprovechamos para reponer fuerzas, porque el viaje fue intenso y muy completo.

Tuvimos baile cada día, excursiones que nos permitieron conocer Cuba, su cultura y sus gentes, clases de rumba, de afro y de salsa, y descubrimos lugares donde los cubanos no paran de sacarte a bailar.

Última noche en La Habana...

Eso sí, nos faltaba el fin de fiesta. Y es que como en Cuba todo puede sorprender y es un país que van muy a su ritmo, regresamos a la Habana un día antes del vuelo, y así celebrar nuestra última noche en La Habana.

Aprovechamos y comparamos unas botellas de ron y nos fuimos al malecón a ver la puesta de sol. El Malecón se llena de gente a esa hora, turistas, cubanos con música bailando, y muy buen ambiente en general.

Después nos fuimos a cenar todo el grupo junto, risas y más risas recordando anécdotas del viaje. Y bailamos hasta que La Habana nos mandó a dormir, esa noche salimos como si la noche no fuera a acabar nunca. Volvíamos a casa con un hambre que nos paramos en el Oviedo a comer una de sus hamburguesas, tan ricas y tan bien de precio, ¡y como de bien le sientan a uno antes de irse a dormir!

Con los compañeros de viaje y nuevos amigos ya comentamos que la experiencia hay que repetirla, y las chicas de TravelToDance ya nos han dicho que podemos ir todos a República Dominicana a practicar bachata…y la idea, ¡realmente nos gustó mucho!

Seguro que después de leer mi aventura os apetece hacer el viaje, aquí os dejo algunos consejos para cuando vayas de viaje a Cuba.

¿Alguna vez has estado de viaje en Cuba?

Cuéntanos en los comentarios una anécdota que no olvidarás nunca, nos encantará oírla.